Por : Ivis Dávila, Directora de Seminarios Imagen, Inc.
Cuando se trata de desarrollo profesional en una organización, es mejor estar preparado que motivado. Y no quiero ser mal interpretada o caer en el grupo de pesimistas que andan con una nube negra de crisis como sombrilla que comparten contagiando el temor. Soy la primera en fomentar el tener un propósito optimista. Es más que meritorio tener una buena causa para la acción constructiva.
Coincidirán conmigo en que si esta motivación viene bien acompañada de una sólida preparación, las posibilidades de desarrollo positivo son mayores. Eso es lo que la experiencia de más de 18 años en la industria del desarrollo profesional me ha demostrado. Y la buenas noticias son que siempre hay oportunidades de crecimiento profesional y que existen múltiples instituciones o centros de estudio para tu crecimiento.
Pero hay que estar muy atentos en esta época en la que proliferan los gurús que te venden una fórmula simple y carente de esfuerzo para la consecución de tus metas. El desarrollo profesional requiere de preparación igualmente profesional. El conocimiento de materia se adquiere con estudio, un cierto grado de esfuerzo y experiencias. Sin embargo, el esfuerzo de aprendizaje se puede compartir cuando se aprende de forma dinámica y práctica bajo la guía de profesionales (y junto a otros profesionales).
El campo laboral profesional es como un examen de reválida constante. Sin duda requiere de nuestra motivación y creatividad para la innovación, pero sin una buena preparación corremos el riesgo de no dar el grado, de tratar de reinventar la rueda o de cometer errores evitables si estuviéramos equipados de las destrezas necesarias.

Y todos sabemos que hay errores indeseables que cuestan cifras y malos ratos a las empresas. Todo por falta de preparación. Por eso creo en el desarrollo profesional constante y atemperado. He hecho de ello mi propósito optimista y yo misma sigo en estudio continuo de nuevas tendencias y herramientas útiles para mi y para los clientes en busca de alternativas dinámicas de aprendizaje profesional.
Si debiera dar un consejo a empresas y a profesionales, sería que se motiven a prepararse. Pues como decía Benjamin Franklin: “La inversión en conocimiento siempre paga el mejor interés”.